8.17.2012

Mientras ando perdida encuentro cosas asombrosas... una de ellas fue este libro. Un increible libro que intentaré (de a poco) transcribir.

EL LIBRO HIPPIE
JERRY HOPKINS


INTRODUCCIÓN

Algo está pasando. Algo intimidante y misterioso y desdibujado y vivo. Algo que amenaza a muchas de las sagradas tradiciones de este país, mientras pretende ofrecer a la nación su última posibilidad de salvación.
Los que lo hacen son llamados hippies, happeners, Hijos de la Flor, Vitniks, peaceniks y beatniks. La palabra "generación" está frecuentemente precedida por la palabra "amor", y la revolución se denomina "psicodélica". Un importante editor ofreció una descripción en un solo término: "Secundida Juvenil".
Esta revuelta de la juventud (la edad promedio en USA es de veinticinco años, y disminuye día a día) transmite verdaderas ondas de shock a través de todo el mundo, agitando los sismógrafos humanos no sólo en la ciudades sino en cada pueblo.
¿Tiene usted menos de veinticinco años? Entonces usted fue en 1966 el "Hombre del año" de la revista Time y Time, entre otros, dijo que usted representa la generación más vocinglera de la historia. 
¿Usted tiene más de veinticinco años? Usted está ahora en la minoría. Hoy tiene las riendas. ¿Pero qué pasará mañana?
Una manera de enterarse de lo que puede pasar mañana es leer lo que se conoce como "el periódico subterráneo". Para comprender qué es lo que quiere y cree la más bulliciosa de las generaciones es necesario leer sus publicaciones. Porque, pese a lo cruda o bruscamente escritas que puedan estar sus demandas, es en estos periódicos semanales donde aparecen los mejores informes de lo que realmente está pasando. Por cierto, los "subterráneos" presentan habitualmente un solo lado de la historia. Pero hay razones más que suficientes para suponer que lo que se nos ha contado hasta ahora, a través de otros medios, está bien lejos de la verdad.
Hace doce años había un solo periódico subterráneo, The Village Voice, y este seminario de Greenwich Village fue durante casi toda una década el único diario disidente de publicación regular. En otras ciudades - San Francisco, Chicago, Boston, Filadelfia- aparecieron tabloides similares durante un breve lapso, pero hasta hace tres años el Voice no tuvo un colega fuerte. Este llegó con la introducción de The Los Angeles Free Press, en 1964. Desde entonces la banda revolucionaria ha crecido, y hoy existen por lo menos treinta publicaciones semanales o bisemanales firmemente establecidas; mientras escribimos esto, otras cuarenta se están abriendo camino. (Para no mencionar más de cien "subterráneos" en las escuelas secundarias, no oficiales y desautorizados, pero que representan la mentalidad del estudiando con bastante mayor exactitud que los periódicos oficiales.)
Muchas de las publicaciones han llegado a formar un Sindicato de Prensa Subterránea (UPS) para facilitar la transmisión de noticias, lineamientos y avisos entre los que un organizador de la UPS llama "periódicos anti-institucionales, avant-garde, de Nueva Izquierda, orientados hacia la juventud, que comparten metas e intereses comunes".
The Village Voice fue fundado, según su editor, "para trabajar los engranajes del reptante automatismo". Mientras que muchos escritores, editores y publicistas piensan que para conseguir el cambio hay que infiltrarse y trabajar en los sistemas existentes, otro grupo es todavía más radical y propone algo muy semejante a la anrquía. Los subterráneos no están unidos en cuanto a metodología, ni alineados en lo que respecta a todas sus metas específicas. Peor claman con una única y alta voz por una cosa: Algo totalmente distinto a lo de Ahora.
Lo que debe recordarse es que estos periódicos anti-institucionales, avant-garde, etc., no son meras voces disidentes en el desierto. Inicialmente pueden haber sido ignoradas, mirados como curiosidades impresas, pero ahora, aunque de mala gana, el mismo Establishment paga tributo a su mensaje. Los medios de información más convencionales, la prensa diaria y la televisión en particular, se informan en los periódicos subterráneos porque no se pueden dar el lujo de no hacerlo. Sucede que los muchachos son primicia con demasiada frecuencia, y lo que es más importante aún, los pequeños tabloides semanales reflejan lo que no puede ser ignorado. La Prensa Instituida debe, cualquiera sean las razones que invoque, registrar el pulso de la prensa subterránea. Aunque la circulación total de esos periódicos es de menos de medio millón, su impacto en el ánimo nacional es mucho mayor que el de muchos de sus competidores de millones de ejemplares.
En las páginas siguientes se reúnen más de cien ensayos, cientos, poemas, declaraciones, dibujos, editoriales, avisos, columnas y notas. El material temático es tan variado como el estilo y el modo de presentación, abarcando política, educación, drogas, sexo, el nuevo estilo de vida, censura, policía, los grupos minoritarios, las artes, la guerra, la religión y algunas personalidades.
Un profesor de California dice que el estudiando de "college" es un "negro" cuando se trata de derechos civiles. Un escritor en Michigan propone un plan para eliminar futuros Viet-Cong quebrando el cuello de los niños vietnameses y matando todos los fetos vietnameses, mientras que un estudiante de Nueva Inglaterra sugiere que se vierta secretamente LSD en las cafeteras de las oficinas gubernamentales.
Algunas de las piezas de esta antología pueden resultar chocantes. Pero recuerden al leerlas que los que escriben para la prensa subterránea también se escandalizan por el carácter de nuestra sociedad y el comportamiento de sus semejantes.

Jerry Hopkins
Los Angeles, octubre de 1967


PROLOGO

CARTA DE UN MAESTRO A LA GENTE JOVEN
por Irving Segal 

Hace unos ciento ochenta años, Jefferson, Franklin, Wáshington, Adams, etcétera, crearon una nación. Si pensamos en los dos documentos más venerados de esa nación, la Declaración de la Independencia y la Constitución, percibimos que ambos forman la base de nuestro gobierno así como de nuestras ideas acerca de los derechos humanos y de la dignidad. 
Las ideas presentadas en esos docuemntos indican que ésta es una nación que considera sagrada la idea de la dignidad humana; que ésta es una nación en la cual no se cuestiona la importancia del individuo; que ésta es una nación donde a nadie debe impedírsele nunca el desarrollo o la exposición de sus ideas; y, finalmente, que ésta es una nación donde la gente tiene la obligación de ser honesta, sincera y justa con los demás.
Las ideas desarrolladas en nuestro país se alzan como faros para mucha gente sobre la tierra. Nuestras universidades dan testimonio de este hecho, puesto que centenares de estudiantes extranjeros vienen a los Estados Unidos con el expreso propósito de estudiar el concepto político y legal norteamericano.
Algo pasa, sin embargo. Ciertos cambios han tenido lugar, casi imperceptiblemente, en el curso de los últimos ciento ochenta años. Al principio era difícil identificarlos, pero ahora podemos determinar que nuestra nación está navegando lejos de su posición original. Por cierto, entendemos que los cambios son inevitables, puesto que nada permanece inmutable. Sin embargo, estos cambios que afectan al país pueden muy bien traer como consecuencia la caída de esta "tierra de los libres y hogar de los valientes".
Echemos una mirada a algunos de estos cambios. Dije que un concepto básico de esta país es la importancia del individuo y la idea del individualismo. Actualmente, encontramos que esta idea está sufriendo una revolución. Una nación donde una vez el individualismo fue altamente estimado se burla de la práctica misma del individualismo. Si alguien discute esto, le recordaré un incidente que tuvo lugar hace algunos meses en nuestro propio campo. Se tiró basura a un joven por estar sentado en el césped del colegio, compartiendo su comida y tocando una guitarra. Fue injuriado porque era algo diferente y se destacaba de los demás.
Vean ustedes, jóvenes, hemos pasado de la posición de reconocimiento de la importancia del individuo, a la exigencia de que uno debe someterse a los deseos de la sociedad, o enfrentar la burla y el ridículo.
¿Qué nos está pasando? Esta nación fue construida por gente de coraje. Ahora esta siendo demolida por quienes carecen de valentía para protestar contra el mal. Está siendo arruinada por quienes sólo ambicionan en la vida manejar un coche último modelo y formar parte de la liga de bowling semanal.
¿Cuántos de ustedes recibieron un billete de cinco dólares en lugar de una respuesta a su problema? ¿A cuántos de ustedes se los arrelgó con un "Tiene razón, me gustaría ponerme de su lado... pero usted ve, tengo una posición que cuidar" o "Bueno, justamente ahora no me conviene abandonar el barco". Si esas declaraciones suenan familiares, ¿es de maravillarse que haya entre ustedes tanto disgusto hacia los que tienen autoridad?
Aunque muchos han olvidado los ideales sobre los cuales fue fundado este país y han adoptado a medias las filosofías de los cobardes, los falsos y los de doble palabra, ustedes, los jóvenes, no pueden darse el lujo de hacer eso. Siemplemente no pueden seguir el liderazgo de quienes están trepando la escala del éxito. Ustedes tienen que mirar dentro de sus alamas  seguir los dictados de lo que sienten que está bien. Debo admitir que las ideas de la genración actual parecen a menudo muy superiores a las de la mía.
Finalmente, jóvenes, deben adoptar una filosofía de la vida que esté en armonía con lo que este país es en su totalidad. Si se considera que éste es un país libre, debe querer decir libre para todos, no solamente para los que pertenecen al grupo de ustedes. Si este país cree en la dignidad del hombre, las diferencias de los demás no deben ser escarnecidas. Que los melenudos usen su melena, que los guitarristas rasgueen a gusto. Si eso es lo que quieren, que sea así. No arrojemos basura ni castiguemos de ningún otro modo a los que eligen ser distintios. Tampoco, si creemos que tenemos obligaciones unos con otros, volvamos nuestra espalda cuando se nos necesite. 
¿Recuerdan lo que pasó en Nueva York? Una muchacha gritó pidiendo ayuda al ser atacada, pero nadie la auxilió hasta que estuvo muerta. Los vecinos no querian meterse en líos. Esa parece ser la historia de mi generación.
¿Y la de ustedes?

The Participator
North Hollywood (California) High School.


UN NUEVO ESTILO DE VIDA:
Haz lo tuyo

¿OVEJAS? BEE...

Cuidado con los líderes, con los héroes, con los organizadores: ojo con esa gente. Cuidado con los abortos de la estructura. Ellos no entienden.
Sabemos que El Sistema no anda porque vivimos en sus ruinas. Sabemos que los líderes no resuelven nada porque nos han llevado únicamente hacia este presente; los buenos líderes tanto como los malos. ( ¿Quién causó más sufrimiento, Hitler o San Pablo?). No interesa que el líder sea bueno o malo: el liderazgo es malo per se. El medio es el mensaje, y el mensaje del liderazgo es Vietnam. Los campos de concentración. La Gran Sociedad. Los motines en Haight Street.
Lo que El Sistema llama organización es una jaula Sistemática que limita arbitrariamente todo lo posible. Nunca funcionó. Siempre condujo a este presente.
Y los héroes son sólo héroes, nada más.
Todo hombre que quiere ser tu líder es El Hombre. Piensa: ¿por qué ha de querer alguien conducirme a mi? Piensa: ¿por qué debo pagarle el viaje? Piensa.
LBJ es Nuestro Líder, y tú sabes cómo anda eso.
Cuidado con los gatos que quieren jugar los juegos del Sistema, porque no se puede derrotar al Sistema en sus propios juegos, y tú lo sabes. ¿Por qué cambiaríamos nuestro Establecimiento por otro Establecimiento?
Haz lo tuyo. Sé lo que eres. Si no sabes lo que eres, averígualo. Cágate en los líderes.

La meta de un líder integro
es abrir los corazones de la gente,
llenar sus estómagos,
calmar sus deseos,
fortalecer sus huesos
y así clarificar sus pensamientos y depurar sus necesidades 
para que ningún entremetido artero pueda tocarlos:
Sin ser forzado, sin esfuerzo o apremio,
el buen gobierno surge solo.

Lao Tzu
Communication Company (San Francisco) 
6 de abril de 1967

¿POR DONDE SE SALE?
por Liza Williams

Habiendo descubeirto tare que todo lo que tengo para vender es mi tiempo, he readquirido mis derechos y aquí estoy: ¡emancipada! Podría ganar más dinero, pero todo lo que podría comprar con el serían cosas. En cierto momento durante el año pasado descubrimos que posíemoas siete radios a transistores; ¡ahí fue cuando percibimos la podredumbre! De modo que me abrí... bueno, sólo un poquito, pero desde la tarde del miércoles a la mañana del lunes, el tiempo es todo mío.
La primer semana ha sido arrolladora. Pasé horas mirando por la ventan los cambios en el cielo. Desde la cumbre de nuestra colina hay otro mundo entero para mi exploración, y cuando el crepúsculo morado deleite. He conversado con amigos, llegando sin anunciarme, tirándome en el piso, frotando mis mejillas contra las alfombras, oyendo sus discos, comiendo su comida, compartiendo sus fantasías y nunca me pregunté si debiera estar en alguna otra parte.
No sé por qué me dejé estar tanto tiempo, gastando mis días como moneda desvalorizadas, desperándome todavía dormida, durmiéndome mientras todavía soñaba, partiendo en la oscuridad a la mañana, escurriéndome hacia casa en la oscuridad del anochecer, el sol y el aire del día tan remotos como los informes meteorológicos para los estados del Este y de la Costa. ¿Qué quería yo, que comerciaba tan ligeramente con mi tiempo: era otro coche y otro poquito de ropa o números grandes en los talones de los cheques? Debo haberme perdido en alguna parte en las islas de mármol de los negocios, debo haber quedado atrapada en las letras de molde del pago a término y ni siquiera conozco a alguien llamado Jones. Pero nunca más, nunca más, nunca más.
Ser libre está muy lleno de obligaciones. Ahora hay tiempo para hacer todas las cosas que yo decía que la falta de tiempo no me permitía. Tiempo para trabajar y para realizarse en el trabajo, para modelar, para dar forma a la figura de los días, tiempo para hablar y escuchar en la misma ocasión. Tiempo apra ver dónde estoy, dejando sin determinar la meta enceguecedora, tiempo par anotar cada detalle. ¡Mi Dios, hasta tiempo para caminar!
He manejado a lo largo de las mimas calles día tras día sin ver nunca otra cosa que el tránsito que estorba o los malditos peatones. Pero cuando hago el mismo camino a pie veo tantas maravillas, tantas cosas admirables. Algunas ventanas dicen todo acerca de su dueño. Las antiguas cortinas semicorridas, de papel amarillento y manchado, las pálidas cortinas lavadas, el diario doblado en el antepecho. Detrás del ejército de blanquísimas cortinas de los departamentos de Hollywood hay metros de alfombras blanquísimas y miles de personas sentadas ante mesas de fórmica comiendo arroz a la española, instantáneo, en platos de papel para fiestas. Tienen baños con diseños en colores, delfines dorados sostienen su jabón para la cara y en sus axilas crecen signos dólar en vez de pelos.
Hay casas de madera pintada donde generaciones enteras viven en la luz azul de los televisores y se tambalean hasta sus camas llenas de inmaculados sueños y antihistamínicos. Hay puertas cerradas por donde no pasa nadie, y negocios donde nadie compra el pan viejo y los ovillos de piolín; el hombre está parado detrás del mostrador sobre su plataforma de madera escuchando los programas radiales y maldiciendo al comercio que no lo hizo rey. Hay postes de luz totalmente claveteados con avisos de venta, un refrigerador nuevo y una cama plegable, se venden por fuerza, nos mudamos, barato, con sólo llamar. Cuánto hace que se fueron; el aviso parece tan viejo; tal vez están ahora en otra ciudad, comprando camas y heladeras y prometiendo pagar.
Los chicos corren a lo largo del cordón, un pie arriba y un pie rozando la calzada, sus ojos son redondos, su ropa corta, hacen a un lado el espacio, la gente, el desastre y el sentido del tiempo. Corro detrás de ellos hasta que me ven, se detienen y ríen. Señalan y ríen y yo salto arriba y abajo, agito mis brazos. "Una loca", dicen y huyen. 
A meudo pienso que cuando sea muy vieja iré por ahí en patines de ruedas. ¡Ahí estaré, llena de bufandas, volando por la calle sobre ruedas, haciendo ochos en las intersecciones y nadie dirá nada excepto, quizá, que soy "una loca". ¡Estoy acostumbrada a eso!

The Los Angeles Free Press
6 de enero de 1967

EL PRIMER MEHLA NORTEAMERICANO
por Steve Levine

Hace cerca de un siglo los últimos héroes de las Naciones Indias se reunieron en la "Gran Meseta" de Pow-Wow para pedir a los espíritus que los grandes fangos se derramaron y cubrieron la "epidemia blanca" que nunca había dejado lugar como lo había presumido originariamente, y en cambio se había instalado para ruina de sus costumbres y Seres.
Ahora, en este vigésimo de los siglos recientes una generación, considerada por muchos la reencarnación de los indios norteamericanos, ha nacido de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial, alzándose como un Fénix, en celebración de la ligeramente psicodélica zeit-geist de esta flamante Era Acuaria.
El sábado 14 de enero, coicidiendo con un darshan de Sacros Hombres en Nepal y un partido de rugby en la otra punta el campo, por lo menos 25.000 personas se juntaron en "una reunión de tribus" en los campos de polo del Golden Gate Park Pow-Wow y en Picnic. Buscando el regreso de este, una vez voluptuoso, país; recuperando las forestas y los grandes rebaños al ensalmo de mantraas (la canción hindú-budista cambia) y el centro mágico replicando entre el observador y lo observado.
Esta Reunión fue distinta a los dos encuentros previos milagrosos en el Panhandle; el primero el 6 de octubre, día de la Bestia de las Revelaciones, primer día de la proclama del LSD en California, y el segundo, en la Celebración de Año Nuevo de la "Muerte de lo Viejo y Nacimiento de lo Nuevo".
Esta reunión fue un bautismo, no un cumpleaños. Fu una aprobación calma y pacífica, una reafirmación del espíritu de vida, un apaciguamiento de las aguas.
Abanicos, plumas, penachos y colmillos; campanas, tambores, campanillas e inciencios; banderines, estandartes, banderas y talismanes; amuletos de lentejuelas, naranjas y zanahorias; globos, flores, ropas de animales y bambú; frutas y canastas; manos cruzadas, ojos cerrados, rostro brillante y sonrisa; manto de plegarias y bastón de shamán. Casi todos con algo en sus manos, excepto muchos niños que se lanzaban al festival a través de la foresta humana.
Miles comiendo la comida gratis provista por la creciente toma de conciencia de estos tiempos, y cocinada vía los Diggers. "Es gratis porque es de ustedes". Setenta y cinco pavos de diez libras, pan casero, naranjas y un toque del Judío Errante en las delicatessen donadas.
Sobre el escenario, reunidos en el Encuentro, los poetas y los sacerdotes. Allen Ginsberg y Gary Snyder salmodiando, tal vez a Radha, par ala reunión de la magia del espíritu y el día nuevo y mejor que ya ha comenzado. Los alambres del sistema de sondio son cortados durante la prumera puesta del Servicio del Mercurio Mensajero; la gente volviendose unos hacia los otros, sentada o moviéndose con dificultad, neutralizando la Guardia Roja y el Espíritu Hostil que son diverches en otros planetas de la Tierra. Pero el sonido se reanuda, el Mercurio entrando en contacto con el generador, ahora arreglado y emaplado, cuidado por dos Angeles del Infierno, algo entre la colectividad del Centurión y la individualidad del Samurai. Y los Muertos Agradecidos, prolongados por el Libre Egipcio de los Muertos, esparciendo sonido sobre sonido a través de las tribus reunidas. Y Leary, "El único camino hacia afuera es Adentro", tal vez hoy un poco ido.
La paradoja de una cultura reencarnada en sí misma: que el "ojo blanco" que una vez aniquiló al búfalo deba hoy, en reacción a la acción, ser "salvado" por el Indio encarnado por el Maestro de Ceremonias. "Hermanos, el espíritu del Nuevo Mesías puede no venir a nosotros, sino de nosotros"
Muchachas descalzas en mantos sacerdotales, saris de madrás y corderoy. Valientes adolescentes desnudas hasta la cintura con un cálido sol invernal. Cantantes populares dibujando cadenas de montañas en su imaginación. Shamanes y motocicletas, amantes y voyeurs, cowboys e indios; T. E. Lawrence sobre una escalera, y la sobra azul y oro moteado de los ojos de mi mujer; carnavaleros, chiflados y Papas. Periodistas e infantes. Madres y sonrientes mestizos, poetas dentro y fuera de la escena. Un bufón con una muchacha en cada brazo. Jerry Rubin y un pedido de fianza desde el escenario: "La policía, como los soldados en Vietnam, es víctima y agente!" ¡Hosanna de la multitud! Una princesa adolescente que usa un tocado indio de plumas matizadas de naranja y azul, con colas llenas de anillos negros y blancos colgando de ambos lados de su beatífica mirada. Un tamborilero disfrazado de chino con dos globos que se alzan azules y rojos, atados a su "sombrero coolie" amarillo. Un predicador del Infierno y Condenación haciéndose el Elmer Gantry, con un cuerno de toro, en electrizada refutación a los oradores del escenario, "¡No No No! El hombre no es suficientemente hábil para guiarse a si mismo", bautizado con burbujas por un joven valiente y barbado a su izquierda. Una nube salvaje de geysers de incienso amarillo oro desde el escenario. 
Y del sol, desde lo que parece ser un no-avión, un paracaidas, demasiado pequeño al principio para ser real, que se desliza hacia nosotros que miramos el milagroso descenso, Dédalo en el Paraíso; meditamos, quizá, acerca del medio de transporte del Segundo Advenimiento.
Y el sol se prepara para desaparecer. Dizzy Gillespie se lanza entre la multitud tocando en su trompeta la "Melodía de la Conciencia", el Aeroplano Jefferson en vuelo sobre el escenario. Lee Meyerzove estuvo con el aspecto de un Arthur Gavin más joven, una flor amarilla detrás de su oreja; Leonor Kandel, naranja y rojo; Gary Snyder sentado sobre el borde de la plataforma, transportado de placer; Allen Ginsberg vestido de blanco.
Y con la puesta de sol, Allen Ginsberg y Gary Snyder salmodian a la noche con el mantrum de Om Sri Maitreya, vueltos haci ael sol, dobles discos girando en el resplandor rojo-oro, pequeños grupos de brazos unidos moviéndose suavemente de lado a lado. Ella es una hermosa princesa nubia, él un brujo y un mago de la motocicleta y yo poeta y participante, hamacándonos, hermosa gente, Om Sri Maitreya. El sol que baja detrás de los árboles, dirigiéndose al Océano Pacífico justo detrás de la arboleda sobre el horizonte, Om Sri Maitreya. El sol fundiéndose con los árboles, moviéndose suavemente hacia un lado y otro, el sol casi desaparecido, espesándose y convergiendo en sí mismo, fuego de mandala, Om Sri Maitreya Om.
Y el día terminó y la útlima voz desde el escenario, Allen Ginsberg. "Ahora que ustedes han mirado hacia el sol, bajen la vista hacia sus pies y practiquen un poco de Kitchen Yoga después de este primer Mehla norteamericano. Por favor recojan cualquier desperdicio que vean cerca". "Shanti."

The San Francisco Oracle
Enero, 1967