1.30.2014

Ofendida y enroscada, siempre cuenta con su defensa. Un par de palabras equivocadas y sus colmillos atacan tu yugular.

Las razones hace tiempo se extinguieron, no hay si o no que valga.
Lo que ella cree ser su instinto, su constante ira e insatisfacción, la llevan por todos los caminos.
Perdida.

Muerde sin hambre, ataca sin sed. No la mires, no la toques, te va a doler.

Entre su absurdismo de serpiente sin instinto y su irracionalidad de persona con fuerte personalidad, nadie puede contra su verdad.

Quemamos tiempo con palabras, envenenamos nuestro amor, le dimos lluvia a la inundación y prendimos fuego el mar.